Parece mentira lo listo que es nuestro cuerpo… Después de mi desgarradora 4ª quimio, el cabronazo de mi cuerpo no me dejó de dar por culo. Resulta que para él (mi cuerpo), fue tan traumática esa 4ª quimio, que me tuvo toda la semana de no quimio con ansiedad, y auténtico pavor. Era escuchar la dichosa palabra y me quedaba en shock, casi sin poder respirar, me entraban ganas de llorar solo de pensar que tenía que volver, solo de pensar que me volverían a meter la aguja esa de mierda de casi 5 cm de largo en el port-a-cath, el puto olor ese a químico, o a tirita o a no se qué, el olor a pegamento del esparadrapo que me pone enferma, el baño, el olor de los productos de limpieza que utilizan para limpiar el baño… Buff! qué mal lo pasé.
Por eso digo que sabio es el cuerpo que aunque yo me esforzaba para quitarle hierro al asunto, él seguía en sus trece y no había manera de calmarlo, que duro amigos. Yo intentaba no pensar en ello, y en cuanto lo pensaba, decirme a mi misma que todo iría bien y que tuviera fuerza, y paciencia, pero mi cuerpo se empeñó en hacer otra cosa, y mi cerebro solo me mandaba mensajes de miedo, y horror. Y así de esa guisa me fui a la 5ª quimio, y cual fue mi agradable sorpresa que mientras pasaban los días me daba cuenta de que jamás volvería a tener una quimio como la 4ª, es más la 5ª fue una de las mejores, dentro de lo que cabe amigos, una quimio SIEMPRE ES UNA QUIMIO, y eso no me lo quita nadie!