Seguimos por el principio

Siempre he tenido la piel fina y delicada. A finales del mes de septiembre esa fina y blanca piel empezó a pedir a gritos el sitio que le pertenecía en mi cerebro,esa piel se manifestó y esa piel ha hecho de mi vida sea una auténtica pesadilla. Esa piel que no me dejaba ni un momento para mí, esa piel que picaba, escocía, relinchaba, ardía, menospreciaba, esa piel que me ordenaba que me rascara a todas horas, esa piel que no me dejaba dormir más de 4 horas seguidas,esa piel que me hizo sangrar, que me hizo llorar, aullar,chillar, desesperar,sudar… Esa piel que me llevó al borde del abismo sentimental, esa piel que de repente todo lo quería y todo lo absorbía.

Empecemos por el principio

No olvidaré la fecha, será porque soy buena recordando números, será porque aquel día empezó todo.  El 16 de Septiembre, se celebra en Palma, la «Nit de l’Art», noche en la cual todas las galerías de arte del centro abren sus puertas y se invitan a un vinito o algunas incluso a algún canapé. Todo ser viviente consciente de lo que se celebra y que viva en Palma o cercanías sale a la calle ese día, no importa si no saben quién es Joan Miró, ellos salen.  Aquella noche empecé a encontrarme realmente mal, no entendía lo que le pasaba  a mi cuerpo, fue una especie de mareo nauseabundo mezclado con sudor y signos de debilidad. No tuve otra opción que la de irme a casa y perderme el faranduleo palmesano que tanto me gusta.