VERANO 2014

Amigos, el verano se acaba, mi verano tiene las horas contadas.

Os he hablado ya de mi nuevo yo, pero no os he hablado de como he estado encarando este verano, el verano después del cáncer, el verano que me ha hecho desvariar para estar lúcida, el verano en el que he llegado a la conclusión de que tengo que dejarme llevar por las emociones, por mi intuición, el verano en el que me he propuesto no juzgar, dejar de tener prejuicios, el verano en el que me he desentendido de todo para dejar de controlar mi mente, mis sentimientos, mis sentidos.

El verano que me ha visto llorar a moco tendido en todos y cada uno de los taxis que he cogido después de las 4.30 de la mañana (los taxistas de Palma me deben conocer como la tarada que llora como si se le hubiera muerto alguien), el verano de los bucles mentales, de los colapsos, el verano del cambio, de la intensidad, el verano de si a todo, el verano que me ha devuelto las ganas.

El verano que empezó con la boda de uno de mis mejores amigos, y termina un lunes gris de estos llenos de melancolía que tanto me gustan.

El verano en el que he disputado mi primer aquathlón, mi primera carrera a pié, el verano que empecé corriendo 4 km y que termino corriendo 10 km.

El verano en el que he ido a la playa todos y cada uno de los fines de semana, el verano de sillas domingueras, de tortillas de patata, de helados de chocolate con trozos de chocolate, el verano de Sa Rápita, playas de Muro, Banyalbufar, el verano de las ensaladas, el verano de pasar página, el verano de mirar hacia el cielo mientras buceaba, el verano en el que he estrechado aún más los lazos con mis amigos. El verano del «ensaimada team». El verano de las charlas con mi madre, de las cangrejeras, de los bañitos por la tarde, de las roquitas, del viento en la cara.

El verano en el que mi empresa ha cambiado de imagen, y esta vez si que he estado para verlo! El verano de las volteretas en el mar, de las nadadas en mar abierto, el verano que me ha puesto morenita, el verano que me ha descubierto el mundo del surf, el mismo que me ha dejado nadar durante horas en el atlántico con el neopreno puesto, como me gusta la sensación neopreno. El verano en el que no he tomado ni una puñetera decisión y al final ha venido todo rodado. El verano en el que he re descubierto todo lo que mi cuerpo me puede dar, un abanico de emociones nuevas y agradables.

El verano del Tramuntana Rocks, del Flow Festival, el verano del Chiringo de Palmanova, de Sa Possessió, el verano de las fiestas en la piscina, madre mía que disfrute en todas y cada una de las pool parties a las que he ido. El verano de cielos estrellados , el verano de las paellitas en Can Gavella, de las cenas en S’embat, de conciertos de Vetusta Morla y Love of lesbian, el verano en el que he conocido la independencia total, el verano en el que he aprendido a hacer paddle surf, el verano que me ha hecho intentar cuidarme, el verano que me ha visto adelgazar a fuerza de kilómetros, el verano en el que he ganado una amiga (cuack), el verano que me ha dado la oportunidad de pensar, reflexionar, el verano que me ha ayudado a despejar mi mente de fantasmas cancerosos, uno de los veranos más intensos y necesarios de mi vida.

El verano que me ha hecho ver que tenia que dejar que mi mente pasara por el duelo canceroso y amoroso, que me ha llevado a dolores de cabeza horrorosos a base de lagrimas y sollozos, el verano que me ha arrancado el corazón del pecho y me lo ha vuelto a colocar no sé de que manera.

El verano que me ha erizado la piel en innumerables momentos, como atardeceres en Na Foradada, cervecitas en terrazas, risas con amigos, el verano de las casualidades, el verano de los paseos por Ciudad Jardín después de entrenar. El verano de la manzana.

El verano de Fuerteventura, en el que en un viaje de 8 días aprendí a dejar fluir, entendí que me tengo que dejar llevar, que tengo que pensar menos y follar más, el viaje que me hizo resucitar de entre mis propias cenizas para llevarme al caminito lleno de margaritas del que os he hablado anteriormente, ese caminito que ahora sé como emprender. El verano de la bipolaridad, de la doble moral, el verano en el que me he visto venir en alguna ocasión.

El verano que me ha regalado el cáncer, el verano en el que por fin he podido darme cuenta de lo siguiente:

“Llega un momento en que es necesario abandonar las ropas usadas que ya tienen la forma de mi cuerpo y olvidar los caminos que me llevan siempre a los mismos lugares. Es momento de travesía, y si no oso emprenderla, me habré quedado para siempre al margen de mi misma.”

(Fernando Pessoa)

 

Y qué hay de vuestro verano?¿

Un abrazo amigos, espero que el otoño me trate igual de bien que el verano.

Parece mentira, un año ya.

Ya ha pasado un año, y no lo había pensando en todo el día hasta que he visto en las noticias como Rafa Nadal ganaba su 9ª Roland Garros.

Ha sido un macabro «dejavu» que me ha llevado a recordar como tal día como hoy un año atrás, mientras Rafa ganaba su 8ª Roland Garros, mi madre me intentaba convencer para llevarme al hospital.

Me ha llevado a recordar, como estaba tirada en el sofá medio delirando, como media hora más tarde estaba tirada en la camilla del hospital con mil cables y agujas. Me ha llevado a recordar como ese momento cambió mi vida, como me dolió, como me estremeció. Me ha llevado a recordar como sentí que el corazón me subía por la garganta pidiendo a gritos que lo vomitara, mientras me daba cuenta de que el medico estaba intentando decirme que tenía cáncer. Hace un año que estaba en una habitación de hospital llena de gente.

Ver a Rafa llorando con su ensaladera, me ha llevado a recordar lo valiente que me sentía mientras luchaba, me ha llevado a recordar como fue todo.Hoy hace un año de que todo me explotó en la cara, de que vino la vida y me pegó una bofetada bien dada. Hace un año estaba a 8 quimios de 4 horas para  superarlo.

No me hace falta echar la vista atrás porque lo tengo presente todo el puñetero día, todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta el día de hoy. Ojalá pudiera guardar una ensaladera por todas y cada una de las quimios a las que me enfrenté, evidentemente las gané todas. Pero no tengo ningún trofeo, tengo la vida, tengo el sentir, tengo todo de lo que ahora sé que soy capaz. Y ahora me siento a pensarlo, a reflexionarlo, pienso en lo que la Mery de hace un año le diria a la que soy ahora, creo que nos llevaríamos bien, creo que esa Mery me diría que menudos cojones tengo,  me diría que de dónde he sacado esta timidez, me miriaría con cara extrañada cuando me viera dudar tanto, pero alucinaría con lo que estoy haciendo todo lo que antes me daba miedo, ahora conduzco, ahora no fumo, ahora hago deporte, mucho deporte, voy a hacer travesías a nado, ahora ya no creo en tonterías, ahora sé hacia a donde voy, pero no como llegar hasta ahí. Ahora muchas veces ni siento ni padezco, ahora ya no sobrevivo a base de estereotipos, ahora voy a por lo que quiero, ahora me atrevo, ahora vivo.

Ya sabéis que siempre intento sacarle el lado bueno a esto del cáncer, voy a terminar post de hoy con una frase que siempre digo cuando me preguntan–.

» Hubiera preferido no tener que pasar por todo lo que he tenido que pasar, pero el cáncer me ha hecho mejor persona, me ha hecho crecer por dentro, madurar, me ha hecho preguntármelo todo, me ha dado valentía. Me ha dado VIDA.

Y si ya hace un puñetero año.

Lo que nadie te cuenta (y nadie entiende) después de superar un puto cáncer…

Aún no he conseguido que ningún mortal (no canceroso) entienda por la situación que estoy pasando ahora. He conseguido que me escuchen, pero no que me entiendan.

Me siento súper incomprendida, simplemente por que mentalmente, estoy en los peores momentos de mi vida. Y eso nadie que no haya pasado por esto lo puede entender.

Yo solo intento salir del estado catatónico en el que me encuentro, yo solo intento no llorar cuando pienso en el cáncer, cuando leo mis antiguas entradas, cuando me doy cuenta de la vida de mierda que llevaba antes, cuando entro en mi mente y me percato de que no hay ni rastro de la antigua Mery, cuando entiendo que no quiero nada de lo que antes quería para mi vida (tampoco sé lo que quiero), pero si lo que no quiero, cuando veo en lo que me iba a convertir si el cáncer no hubiera pasado por mi vida, cuando me doy cuenta de que entiendo el mundo de otra manera, cuando me muero por sentirlo todo de nuevo, todo es nuevo, no mejor ni peor, simplemente nuevo.  Y es que amigos, ya no sé ni quién soy, ya nada es suficiente.

Me hallo en un momento de catarsis total, he buscado en el diccionario y dice lo siguiente:

1. f. Entre los antiguos griegos, purificación ritual de personas o cosas afectadas de alguna impureza.
2. f. Efecto que causa la tragedia en el espectador al suscitar y purificar la compasión, el temor u horror y otras emociones.
3. f. Purificación, liberación o transformación interior suscitados por una experiencia vital profunda.
4. f. Eliminación de recuerdos que perturban la conciencia o el equilibrio nervioso.
5. f. Biol. Expulsión espontánea o provocada de sustancias nocivas al organismo.

Parece que La Real Academia Española sabe explicar mejor que yo, lo que me está pasando. Asumir tanto cambio, tanto trauma, tanto dolor,tanta rabia, tanto malestar,tanto sufrimiento, tanta lucha, tanto llanto, tanto miedo, tanto nervio, tanta angustia, tanta incertidumbre, asumir tanta ansia, tanta congoja, tanto pánico, tanto terror.

Asimilar todo esto señores a mi me está costando horrores. Y es que todos los adjetivos anteriores, eran muy pequeños, casi invisibles cuando estaba enferma y me comía quimios una detrás de otra. Ahora me está saliendo TODO. Y no es fácil, nada fácil, creo que es el reto más grande al que me enfrento.

Y es que nadie te cuenta que es lo que pasa cuando superas un cáncer.  Nadie habla de como te quedas luego, te sueltan en un valle lleno de margaritas amarillas con un caminito de piedras que te lleva al cielo, pero no te enseñan a andar hasta él.

Si, estoy viva, y lucho por seguir estándolo, si, me alegro por ello, si, he tenido muchísima suerte, si, voy a seguir luchando, si, seguiré con todo adelante, si, no voy a parar hasta que sea feliz, si, haré todo lo que pueda, si, lo haré lo mejor que sepa, si, intentaré ser fuerte, si, sonreiré siempre que pueda.

Pero en días como hoy, en los que me miro al espejo y ni me reconozco, en los que miro fotos de días antes de saber que estaba enferma, y me veo hasta la cara cambiada,no me gusto, no sé ni quién soy, no me veo venir, me sorprendo cada día a mi misma. En días como hoy en los que nada ni nadie me consuela y me encierro en mi habitación intentando no pensar en nada, solo dormir, solo soñar, solo vivir.

Últimamente me habéis escrito muchísimos seguidores nuevos, prometo contestaros a todos en cuanto tenga la mente más despejada. Que espero que sea pronto. Os tengo presentes.

Un abrazo.