Convencidísima de que lo que a mi me pasaba no era que tuviera sarna, decidí pedir una segunda opinión. Fui a un centro dermatológico que a priori tenía una página web tan perfecta que pensé que serían los adecuados para darme el diagnostico correcto. Os adelanto que no fue así, me tuvieron 45 minutos esperando dentro de la consulta de la doctora, que al verme lo primero que hizo fue ponerse guantes y decirme que tenía sarna.
En definitiva otra vez sarna.